Si actualmente tienes problemas con una deuda, pero crees que todavía puedes pagarla negociando puntos clave como el plazo o el pago mensual, tal vez la reestructuración es la estrategia que estás buscando, conoce cómo funciona y cuáles son sus pros y contras.
La reestructuración consiste en renegociar las condiciones de una deuda, es decir, acordar con quien tengas el adeudo un plazo más largo o un pago mensual más pequeño.
Pero cuidado, aunque suena como una gran idea, esta estrategia plantea inconvenientes importantes que debes conocer y que más adelante explicaremos.
Si quieres aplicar esta estrategia para pagar tus deudas, sigue estos pasos:
Para que quede más claro, aquí te compartimos un ejemplo de la reestructuración de una deuda de 100 mil pesos, presta especial atención en la cantidad de intereses que terminarías pagando:
*Cálculos sin considerar comisiones ni IVA.
No pierdas de vista que lo anterior es sólo un ejemplo, las condiciones de una reestructura a otra pueden presentar diferencias considerables en función del monto adeudado vigente, así como de las comisiones y del IVA correspondiente.
Las principales ventajas de este método son las siguientes:
Las principales desventajas de este método son las siguientes:
Importante: aunque en la mayoría de los casos las deudas con reestructuras se reportan al corriente a Buró de Crédito, esto depende completamente del criterio de la institución con la que tienes el adeudo. Por lo tanto, si estás pensando solicitar una reestructura, pregunta con qué estatus sería reportada a buró.
La reestructuración es ideal para las personas que están pasando por dificultades económicas temporales, pero cuyas finanzas pueden soportar el hecho de que pagarán durante un plazo más largo, así como un monto mayor por concepto de intereses.
¿Quieres saber si te conviene reestructurar tu deuda? Responde el siguiente test para descubrirlo:
1. ¿Estás dispuesto a pagar más intereses?
a) Sí.
b) No.
c) No estoy seguro.
2. ¿Estás dispuesto a pagar por más tiempo (mayor plazo)?
a) Sí.
b) No.
c) No estoy seguro.
3. ¿Piensas pedir otro crédito a corto o mediano plazo?
a) No.
b) Sí.
c) Tal vez.
4. ¿Tienes pagos atrasados en la deuda que deseas reestructurar?
a) No tengo.
b) Tengo algunos.
c) Tengo muchos.
5. ¿Estás en condiciones de comprometer tus ingresos por más tiempo?
a) Sí.
b) No.
c) No sé.
Resultados: si la mayoría de tus respuestas fueron “a”, es probable que la reestructuración sea una estrategia válida para ti. Por el contrario, si la mayoría de tus respuestas oscilaron entre “b” y “c”, tal vez debas reconsiderarlo. No pierdas de vista que este es un test meramente informativo y que cada caso debe ser evaluado conforme a sus particularidades y condiciones actuales.